SYMPATHY FOR LADY VENGEANCE (Chinjeolhan geumjassi)

Dirección: Park Chan-wook.
País: Corea del Sur.
Año: 2005.
Duración: 112 min.
Género: Drama, thriller.
Interpretación: Lee Yeong-ae (Lee Geum-ja), Choi Min-sik (Sr. Baek), Tony Barry (padrastro), Oh Dal-soo (Sr. Chang), Anne Cordiner (madrastra), Go Su-hee (Ma-nyeo), Kim Hye-jeong (Woo So-young), Kim Byeong-ok (sacerdote), Kim Shi-hoo (Geun-shik), Kwon Yea-young (Jenny).
Guión: Jeong Seo-gyeong y Park Chan-wook.
Producción: Lee Chun-yeong, Lee Tae-hun y Cho Young-wuk.
Música: Cho Young-wuk.
Fotografía: Jeong Jeong-hun.
Montaje: Kim Jae-beom y Kim Sang-beom.
Diseño de producción: Jo Hwa-seong.
Vestuario: Jo Sang-gyeong.
Estreno en Corea del Sur: 29 Julio 2005.
Estreno en España: 10 Agosto 2007

 

CRÍTICA por Javier Quevedo Puchal

Se cierra la trilogía

  Al ritmo que lleva, Park Chan-wook podría haber acabado convirtiéndose en el gran cronista de la venganza como eje temático del cine moderno. Desde la seminal e irregular "Sympathy for Mr. Vengeance" hasta la excepcional "Old boy", pasando incluso por "Cut", su aportación para aquel en general bastante estimulante experimento titulado "Three... extremes", lo cierto es que sus últimas obras hasta esta "Sympathy for Lady Vengeance" (la cual, por cierto, nos llega con dos años de retraso, evidenciando una vez más la estrechez de miras de nuestros distribuidores) han ahondado en los recovecos a veces laberínticos de ese elemento tan rico desde el punto de vista dramático como es la venganza. Sin embargo, la inédita "I'm a cyborg, but that's OK" parece confirmar un decidido cambio de rumbo, no demasiado aplaudido por algunos, en la filmografía del cineasta. Aun con todo, nos sigue quedando esa “trilogía de la venganza” que ahora por fin podemos completar con el estreno en nuestro país de "Sympathy for Lady Vengeance", una obra que se erige un poco en compendio de las dos anteriores, recogiendo lo mejor de ambas y llevándolo a un nuevo nivel, posiblemente más profundo e incisivo de lo que parece a simple vista.

   Aunque el título pueda llevar a engaño, hay que aclarar que la cinta no es ninguna continuación argumental a aquel "Sympathy for Mr. Vengeance" con el que se inauguró la trilogía, si bien hay algunos elementos básicos en común, como el secuestro de un niño y, por descontado, la venganza como elemento a diseccionar. Sin embargo, esta tercera entrega se centra en la historia de Lee Geum-ja (Lee Yeong-ae), una hermosa joven de apariencia ingenua que es encarcelada por el secuestro y asesinato de un niño. Trece años después, convertida en una mujer renovada y ya cumplida su condena de forma aparentemente ejemplar, Geum-ja es puesta en libertad, momento desde el cual comenzará a poner en práctica el plan que ha estado diseñando durante su estancia en prisión para vengarse del señor Baek (Choi Min-sik), auténtico responsable del crimen por el que ella tuvo que pagar.

  Quizás a estas alturas quepa preguntarse qué puede aportar el último Chan-wook a lo que no se hubiera contado ya con anterioridad en, por ejemplo, "Old boy", sin duda su gran obra maestra, si bien seguida muy de cerca por esta espléndida "Sympathy for Lady Vengeance". Y la respuesta estaría, sin duda, en el tratamiento temático, que aunque ciertamente en la primera no era para nada superficial, independientemente de sus tintes casi operísticos, justo es reconocer que alcanza en la película que nos ocupa unas cotas de incisión e ironía verdaderamente dolorosas, cargando las tintas en las escenas previas al “ajusticiamiento” con algunos planos y líneas de diálogo que, si bien resultan mucho menos sorpresivos, no desmerecen en nada al demoledor desenlace de "Old boy". Es sin duda alguna en esos momentos, en esa exposición sombría y casi insoportablemente verosímil del “ojo por ojo, diente por diente”, aun a pesar del off visual, y sobre todo en los inequívocos apuntes hacia el escepticismo en cuanto al hipotético efecto balsámico de la venganza, donde reside la auténtica riqueza de "Sympathy for Lady Vengeance". Pues, si bien el film rescata una vez más la proverbial pirotecnia visual de Chan-wook (algo que, en el presente caso, no siempre funciona, volviéndose demasiado juguetón por momentos), redondeada aquí por el magnífico trabajo fotográfico y una memorable banda sonora con predominio del clavicordio, casi podríamos afirmar que el espectacular envoltorio palidece frente al calado emocional de una historia cuajada de aristas (algunas de ellas no del todo necesarias, ciertamente), la densidad dramática y moral de los hechos y, naturalmente, el plantel de intérpretes, con especial mención a la actriz Lee Yeong-ae. Un broche de oro para una gran trilogía.