TITULO ORIGINAL
The Golden Compass
AÑO 2007
DURACIÓN 110 min.
PAÍS EEUU
DIRECTOR Chris Weitz
GUIÓN Chris Weitz, Tom Stoppard (Novela: Phillip Pullman)
MÚSICA Alexandre Desplat
FOTOGRAFÍA Henry Braham
REPARTO Dakota Blue Richards, Nicole Kidman, Daniel Craig, Sam Elliott, Eva Green, Tom Courtenay, Simon McBurney, Jim Carter, Ben Walker, Charlie Rowe, Clare Higgins
PRODUCTORA
New Line Cinema / Ingenious Film Partners
WEB OFICIAL
http://www.goldencompassmovie.com/
EFECTOS COLATERALES EN UNA NOTABLE FANTASÍA ÉPICA
Así es, este primer libro de la trilogía del inglés Philip Pullman (le siguen La Daga y El Catalejo Dorado) titulado “La brújula dorada” tiene efectos colaterales dado que hay un revisionismo polémico, para algunos, sobre la actuación de la Iglesia Católica en lo que lleva de historia. En principio, organismos católicos norteamericanos han reaccionado con virulencia desde antes del inicio de la filmación. Antes que nada, queremos decir que Philip Pullman, de 61 años, escribió parte de lo que llama “La república del cielo”, en franca oposición a los postulados dogmáticos de todas las religiones. Y tomó el término de “la materia oscura” (ésa que no podemos desentrañar fácilmente) de un verso de John Milton, autor de El Paraíso Perdido, libro amado por nuestro Jorge Luis Borges.
La arquitectura literaria de Pullman no es simple: tiene varios aspectos como el de la narración en sí (la vida de la jovencita Lyra y su amigo Wills), la ética (la disyuntiva entre el bien y el mal), el simbolismo (ese Magisterio que lo rige todo al estilo de Gran Hermano o la novela 1984, en todo caso, que puede ser desde la Inquisición hasta un partido político como el Comunista) y el lado apocalíptico o sea la lucha feroz entre el bien y el mal.
Para transformar la aventura de Lyra, el eje de la historia, niña de 12 años que se deja seducir por mundos nuevos propuestos por la señora Coulter (una sofisticada serpiente femenina a cargo de Nicole Kidman), Pullman apeló a toda la fantasía sajona que disponía a su alcance, y, en especial, transformó a los dulces osos de Disney en feroces guardianes. Hay tres locaciones donde se desarrollan las historias: la Londres de los 30, el Polo Norte, y ese territorio paralelo que bien puede ser el del “cielo” propuesto por la Iglesia Católica.
Cada persona tiene su alma corporizada en un animal (ángel de la guarda o demonio???), esa “vocecita” del alma que llamamos o intuición o bien le damos un matiz religioso. Aquí Pullman la puso en la picota.
El argumento gira, entonces, en torno a Lyra (una suerte de “Eva” para la mitología creada por Pullman) y la desaparición de niños de una renombrada escuela londinense. Al parecer, la encantadora señora Coulter se las ingenia para llevárselos a ese extraño lugar del Polo Norte donde se les “lava” la cabeza. En el film, este aspecto tiene otras denominaciones, como así también en el primer libro de Pullman. Demasiado dramático para los chicos muy pequeños. Allí Lyra deberá luchar entre sus deseos de conocer libremente el mundo (por supuesto, es huérfana y ha estado al cuidado de un tío poco generoso, compuesto por Daniel Craig que rápidamente desaparece de escena) y es donde también se plantea un tema ético, ninguna novedad de Pullman porque ya lo trató el eminente filósofo alemán Kant: ser buenos o malos por propia decisión y no por temor a un Dios o a un aparato político religioso. Otro tema polémico si los hay!!!! No carente de verdad (y no soy atea).
La “brújula dorada” ayudará a Lyra a guiarse. Esa brújula es “algo más” y, sin duda, contiene un elemento “oscuro”, desconocido, porque es capaz de leer lo que puede suceder. El nombre de este aparatito es “aletiómetro”.
Hasta aquí, un intento de sustraer el hilo narrativo del film, complejo, que ha tomado casi todo del primer libro de Philip Pullman, con excepción de los tres últimos capítulos a fin de que puedan insertarse en la siguiente producción.
Nuestra opinión es que se trata de una película con formato infantil pero que no tiene nada de infantil. En realidad, es un film para adultos, o jóvenes con buena formación intelectual. Ciertamente, los niños no van a aprehender la simbología de Pullman, pero es subliminal. Ojo con esto. Los adultos deberán hacer el esfuerzo de ver un cuento seudoinfantil donde se les ofrecerá una filosofía personal, cuestionable o aceptable. Sin duda, estará al tope de la taquilla semanal porque tiene efectos especiales notables, de gran factura. Este tipo de películas, en lo personal, ya casi no nos atrae. La “deificación” de extraños seres nos resulta cansadora. Está muy lejos de convertirse en “El señor de los anillos”-la saga y lejos también de la muy infantil “Harry Potter” y todas sus secuelas. Pero está y es un título atractivo para los chicos, esto lo decimos con reservas. Es un film para pensar, algo así como conocer el pensamiento filosófico de Kant (mucho, no?) a través de dibujitos animados.
(via actoresonline.com)
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